Estados Unidos vota con los rusos en la ONU. Trump recibe a Macron: “Putin aceptará tropas europeas en Ucrania”
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Un hombre al mando. En el tercer aniversario de la guerra en Ucrania y durante sus conversaciones por videoconferencia con Emmanuel Macron en la Casa Blanca y otros líderes del G7, Donald Trump dejó en claro que su línea para poner fin al conflicto no implica compromisos.
Pese a la misión del presidente francés en Washington, el comandante en jefe dejó claro que sin la firma de Kiev en el acuerdo sobre minerales no se podrá avanzar, pero admitió que la reunión con Macron fue un "importante paso adelante hacia la paz en Ucrania". Una paz que, sin embargo, precisó el presidente francés, no puede ser una "rendición" de Ucrania: cualquier acuerdo, reiteró varias veces, debe incluir garantías de seguridad.
Al mismo tiempo, en la ONU, Estados Unidos despreció a la Unión Europea al votar con Rusia en contra de la integridad territorial de Ucrania. Un doble desgarro al que se suma el anuncio del presidente norteamericano de que en las conversaciones con Vladimir Putin también se están discutiendo futuros pactos económicos entre Rusia y Estados Unidos. La nota publicada por Trump en Truth tras la videoconferencia de poco más de una hora con el G7 -sin declaración final, al menos hasta bien entrada la noche en Italia- no podría haber sido más clara. "Todo el mundo ha subrayado que el objetivo es poner fin a la guerra, yo he subrayado la importancia del acuerdo vital sobre minerales que esperamos se firme muy pronto", afirmó The Donald, reiterando una vez más, de forma inequívoca, que para Washington la prioridad es "asegurar la recuperación de las decenas de miles de millones de dólares y equipos militares enviados a Ucrania".
Según el presidente estadounidense, la firma del acuerdo "estaría muy próxima". En la Oficina Oval, sentado junto a Macron, el jefe de la Casa Blanca también afirmó que la guerra en Ucrania "podría terminar en unas pocas semanas" y anunció que Volodymyr Zelensky será su invitado en la capital estadounidense "esta semana o la próxima". También se informa que es inminente una reunión con el líder del Kremlin. "Estoy en conversaciones serias con el presidente ruso sobre el fin de la guerra y las conversaciones van muy bien", subrayó Trump, que también habló de futuros acuerdos económicos no especificados con Moscú y de su visita a Rusia "en el momento adecuado", cuando el conflicto haya terminado. Las empresas rusas y estadounidenses, afirmó el líder del Kremlin, Vladimir Putin, están en "contacto" sobre proyectos económicos conjuntos.
En cuanto al papel de Europa en el proceso de paz en Ucrania, Macron llevó a la Casa Blanca el plan acordado con Keir Starmer, que llegó a Washington el jueves, que prevé 30.000 cascos azules europeos desplegados en el país para garantizar la seguridad. Un plan ambicioso que no puede funcionar sin una implicación "fuerte" de Estados Unidos, algo que el presidente francés pidió a Trump durante su encuentro bilateral sin recibir ningún tipo de respuesta.
"Europa garantizará la seguridad de Ucrania", subrayó el comandante en jefe, quien dijo estar convencido de que el Kremlin está dispuesto a aceptar la presencia de soldados europeos para garantizar la paz. Prueba de que -más allá de las sonrisas, los apretones de manos, las bromas sobre "bellas esposas" y lo musical que es el francés- la conversación entre ambos dirigentes fue tensa, fue la interrupción abrupta por parte de Macron de los comentarios de Trump cuando este último hablaba de préstamos a Ucrania. “Europa está recuperando su dinero”, dijo el estadounidense antes de ser detenido por el francés, que le puso una mano en el brazo.
"A decir verdad, hemos pagado el 60% del esfuerzo total en préstamos, garantías, subvenciones", corrigió Macron, precisando que los 230.000 millones de dólares de activos rusos congelados en Europa "no nos pertenecen". El presidente francés explicó entonces que Trump tenía razón al volver a implicar a Putin: la nueva administración -dijo- ofrece un nuevo contexto y nuevas posibilidades. Mientras tanto, en el Palacio de Cristal, se ha producido otra gran ruptura entre el Viejo y el Nuevo Continente.
La Asamblea General de la ONU rechazó la resolución estadounidense que pedía el fin de la guerra en Ucrania sin mencionar la agresión de Moscú, y aprobó en cambio la resolución ucraniana respaldada por Europa que pide a Rusia que retire inmediatamente sus tropas y devuelva los territorios, una medida a la que la administración Trump se ha opuesto firmemente. Una derrota para Estados Unidos, que sin embargo subrayó su distancia respecto de la UE al votar en contra de esa resolución junto con Rusia, Corea del Norte, Bielorrusia y otros 14 países amigos de Moscú.
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